viernes, 3 de junio de 2016

La educación



Hoy vengo a hablaros de la educación y no precisamente de la que se enseña en el colegio, instituto o universidad, si no de la que se aprende en casa como, por ejemplo, no faltar el respeto a los demás. Aunque, esta clase de educación deberían enseñársela a algunos también cuando están estudiando porque vamos…
Para ser más concreta, os voy a poner dos cosas que me ocurrieron el Martes. La primera fue en la universidad y la segunda en el médico. Voy a empezar con la universidad.

Estaba esperando en el pasillo del edificio departamental a que fuera mi turno para pasar a la revisión de mi examen con unos compañeros de clase. Entonces, salió un chico, que conocía de vista, con cara de pocos amigos y se puso a hablar con un compañero mío.

- ¿Qué te ha dicho? - preguntó mi compañero.
- Pues que me deja con un 4.5 en el examen. Que no me hace media, vamos. -contestó bastante cabreado apoyándose en una barandilla.
-Pero en la guía docente no pone nota mínima para el examen ni la práctica, así que, técnicamente puedes aprobar hasta con un 2. -intervine.
- ¿Ah sí? Pues ahora cuando pases se lo dices a la profe a ver que te dice. -le ordena a mi compañero.

                A los pocos minutos salía otro chico del despacho de la misma profesora, pero antes de salir se giró hacia la puerta otra vez.

- ¡Pues no! ¡Si tengo quejas con mi nota vengo y te lo digo a ti! -le gritó el chico a la profesora.
- No. Si tienes quejas con tu nota vas y me pones una reclamación.
- ¡Pues eso voy a hacer!

Bueno, creo que esta no es forma de hablarle a un alumno. Si tiene quejas con su nota no hace falta llegar a los extremos de poner una reclamación, si no, hablar con ella. Pero, es que, a la señora se le va la fuerza por la boca como vais a poder ver a continuación.
Diez minutos más tarde, pasamos mi compañero y yo al despacho de la profesora. Mi compañero se sentó en la silla libre para ver su examen y yo mientras esperaba de pie. La profesora le entregó su examen para que le echara un vistazo.

-Esta pregunta, ¿por qué es así? -pregunta. -Generó bastantes problemas en el examen.
- En el otro campus también me preguntaron por ella y le tuve que mandar WhatsApps a mi compañera porque la pregunta era suya y no sabía responderles. Pero aquí tienes su plantilla de corrección con la que he corregido el examen.

                La asignatura la impartían dos profesoras, pero ambas deben conocer todo el temario y no decir “Es que eso no es de mi parte. Pregúntale a ella.” Esta es la clase de profesores que tenemos y que se llevan nuestro dinero, luego nosotros suspendemos y ¿de quién es la culpa? Y salimos a trabajar y no sabemos hacer nada. ¿De quién es la culpa? De los gorrones que se llevan el dinero por no trabajar ni estar cualificados, pero sigamos mandando la educación a la mierda.

 - No entiendo por qué aquí tengo 0.25 de 0.75. Creo que la respuesta es correcta.
- ¿Me estás preguntando la respuesta correcta o por qué no tengo pongo más nota? -preguntó la profesora secamente.
-Te estoy preguntando por qué la respuesta que he puesto no es correcta, nada más. No te pongas a la defensiva. -respondió señalando de nuevo el ejercicio.
-No. Creo que lo que pasa es que no te gusta mi método de corrección. Bueno, lo que pasa es que tú tienes un problema.

                En ese instante, mi compañero se levantó de la silla y se fue a otra mesa para seguir mirando su examen. Esta no es manera de hablarle a un alumno, faltándole el respeto y diciéndole esas cosas. Luego ella nos exige respeto a nosotros, pero debería haber respeto entre ambas partes.

Ahora os voy a contar lo que me pasó en el médico.

Para empezar, sale el médico de su consulta, con la lista en la mano y hace algo que ninguno de los allí presentes esperábamos.

-El primero que haya llegado que pase.

¿Perdona? Se supone que debe llamar por hora no por orden de llegada. Bueno, salieron dos pacientes de su consulta y, a continuación, entre yo acompañada por mi abuela, que no roza ni los 65 años, por si os pensáis que es una ancianita. Le explico al médico que tengo molestias en el pie, que no puedo caminar, ni apoyarlo en el pie y lo llevaba bastante hinchado. Lo que el médico no sabía que yo había acudido a mi fisio y me pidió una radiografía porque creía que tenía una pequeña fisura. Pero claro, suéltale eso a un médico y ya la has liado. Su diagnóstico: “esto va a ser de ligamentos”.

- ¿Y no sería conveniente hacerle una radiografía? -preguntó mi abuela.
-Claro, señora. Como usted ha ido a la universidad sabe perfectamente qué se ve en una radiografía, ¿verdad?
- Bueno, pero para ver si tiene algo o no. Además, no me hace falta un título para saber que hay que llamar por hora y no por orden de llegada.
- Fractura no tiene. En todo caso, una pequeña fisura…
- Usted mismo lo acaba de decir.

Vamos, ese comentario estaba fuera de lugar, faltando el respeto indirectamente y creyéndose superior porque él ha ido a la universidad y ella no. Y eso no le da derecho a decirle esto. Le hice caso omiso porque no quería broncas, porque dile algo y encima la culpa es tuya. Me mandó vendarme el pie, sin hacerme radiografía, pero lo que él no sabe es que, si es de ligamentos, como decía él, eso se cura con masajes porque inmovilizar el pie no hace nada. Dicho por mi fisioterapeuta que de ligamentos sabe más que él.

- ¿Has estado tomando algo? -me preguntó.
- Sí. Ibuprofeno cada ocho horas.
- Bueno, sigue con eso.
- Doctor, mándele otra cosa que el ibuprofeno no le sienta bien. -interrumpe mi abuela.
- Entonces, ¡eres una mentirosa! No has estado tomando ibuprofeno. -me acusó el doctor.
- Bueno, mire, sabré yo lo que me he tomado o no. Y me lo he estado tomando. -respondí.
- Si te sienta mal no puedes habértelo tomado.
- Si tengo el pie hinchado, me duele y no tengo nada parecido al ibuprofeno tendré que tomármelo, aunque me siente mal. Porque ¿a que el paracetamol no sirve para eso? En cualquier caso, aquí se exige un mínimo de respeto por ambas partes, y no voy a consentirle que me lo falte llamándome mentirosa. Eso sí que no.

                El médico se quedó blanco, sabiendo que podía ponerle una queja, y me despacho en un minuto.


¿Qué os parece dulceiners? ¿Os ha pasado algo parecido alguna vez?

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