sábado, 29 de agosto de 2015

Cero a la izquierda



-Oye, ¿quedamos mañana?
-No puedo, tengo que hacer un trabajo para el curso.
-¿Qué curso?
-Pues el que te dije que empecé a hacer en Septiembre.
-No, no me dijiste nada.
-Ah, pues yo creía que sí.
-¡Si es que nunca me cuentas nada! Vaya amigo que tengo que nunca me cuentas nada y siempre te lo tengo que sacar todo con cucharón, es más, ni siquiera me hablas tú. Tengo que ir siempre yo detrás de ti hablándote y diciéndote de quedar. Pues, ¿sabes qué? Ya me he cansado de ir detrás de la gente, parezco un cero a la izquierda. Cuando quieras algo, ya sabes dónde encontrarme.

Cabreada, sale de la conversación de su mejor amigo. Resopla y se pasa las manos por la cara. Estar harta de siempre ir detrás de la gente y que nunca le cuente nada su mejor amigo. Eso le duele. Coge el móvil de nuevo y se mete en la conversación de su mejor amiga.

-Tía, me tiene ya hasta los mismísimos ovarios.
-¿Quién?
-¿Quién va a ser? El de siempre…
-Ah, el gran hombre de tu vida. Jajaja. ¿Qué ha hecho esta vez, Mario?
-Acabo antes diciéndote qué no ha hecho…
-Pues, venga, ya estás largando.
-Pues, nada… Que resulta que, como siempre, tengo que ir yo detrás de él, preguntarle por todo y decirle de quedar, si no ni se acuerda de mí, así que, acabo de mandarle a fregar.
-Hija, pues me parece bien. Si quiere algo, ya volverá, si no es que no merecía la pena.
-Eso espero.
-Qué sí. Ahora, ponte a estudiar que mañana tenemos examen.
-Está bien.


Deja el móvil a un lado y se pone a estudiar. Sabe que su mejor amiga tiene razón, solo espera que su mejor amigo no se vaya. No quería mandarle a fregar, pero es que ya la tenía bastante quemada. 







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