lunes, 6 de julio de 2015

Gracias, amiga



“Yo no sé si te merezco, solo sé que aun deseo  que le des luz a mi vida en los días de neblina”

Ella canta la canción de Juanes, Me enamora, mientras limpia el polvo de la habitación. Es imposible estarse quita y no empezar a bailar al son de esta canción mientras está pasando el plumero por su estantería de películas y de vez en cuando lo usa como micrófono.

-¡Me enamoraaaaaaa! Tararara ¡Sin ti mi vida no tiene sentidoooooo!

De repente, suena un pitido que viene de su móvil. Es el WhatsApp. Deja el plumero encima de su cama y va al escritorio. Coge el móvil y lo desbloquea. Es Luis, el novio de su mejor amiga. Suspira. Ya no sabe cómo manejar esta situación. Abre el mensaje y lo lee, aunque más o menos ya sabe qué dice el mensaje.

-Hola, nena. ¿Quedamos esta tarde? Te echo de menos.-escribe Luis acompañado de un guiño y un corazón.


Amanda opta por ignorar el mensaje. A sus dieciocho años está aguantando los mensajes indecentes de el novio imbécil de su mejor amiga. Pero ella nunca le hace caso, ni hace lo que él le pide. Lleva así ya un mes y tiene el dilema de contárselo a su mejor amiga, Thalia o callárselo.
Ella supone que, obviamente, con las conversaciones Thalia tiene que creerla, aunque tiene sus dudas. Thalia está muy enamorada de Luis. Thalia está a punto de cumplir la mayoría de edad y Luis tiene veintitres años, es un rompecorazones en la universidad por lo que él les contaba a las chicas antes de empezar a salir con Thalia.
Al mes de empezar a salir con Thalia, Amanda empezó a recibir los mensajes de Luis.

Otro pitido. Otro mensaje de Luis.

-Oye, nena. ¿Por qué me ignoras?

-Mira, déjame en paz de una puta vez. No vas a conseguir nada conmigo ni ahora ni nunca.

-Es que estoy enamorado de ti ya lo sabes.

-Me importa una mierda lo que tú sientas. Hasta una roca tiene más sentimientos que tú. Solo buscas sexo.

-Puede que tengas razón o no. Es que Thalia a veces es muy cría y tú tan madura.

Amanda se sale del WhatsApp, abre la agenda y busca el número de Thalia. Resopla. No le queda más remedio que contárselo a Thalia.

-Hola, amor.-saluda Thalia al otro lado del teléfono.

-Hola, amore. Tengo que hablar contigo, ¿vienes a casa?-pregunta Amanda nerviosa mientras coge el plumero de su cama y empieza a jugar con él.

-¿Ahora?-pregunta Thalia extrañada.

-Mmm. Sí. Si puedes, si no más tarde, ya sabes.-responde Amanda mordiéndose el labio inferior.

-Claro. Me cambio y voy a tu casa.

Cinco minutos más tarde, Thalia llama al timbre de su amiga. Thalia vive en el portal número tres y Amanda vive en el número cinco. Amanda corre hacia la puerta, aun sujetando el plumero y abre la puerta nerviosa.  Thalia la mira extrañada, le da dos besos y pasa dentro.

-Vamos mejor a mi habitación.-dice Amanda enganchando el plumero en el bolsillo trasero de su pantalón.

            Thalia no entiende anda, así que sigue a su mejor amiga sin rechistar. Una vez en la habitación, Amanda de sienta en su cama y da unas palmaditas en el colchón para que Thalia se siente junto a ella. Thalia va a la cama y se sienta al lado de Amanda.

-¿Qué ocurre? Te noto nerviosa.-pregunta Thalia mirando a Amanda preocupada.

-Es sobre Luis.

-¿Qué pasa con Luis?

-Él…Mmm.-intenta hablar Amanda, pero está tan nerviosa que no le salen las palabras.-Es mejor que lo veas tú.

Amanda le da su móvil a Thalia con las conversaciones de Luis abiertas. Amanda está tan nerviosa que le sudan las manos. Thalia no se puede creer lo que está leyendo. Luis lleva intentando meses ligar con Amanda, pero una vez más, Amanda ha demostrado lo mucho que quiere a Thalia y no le ha seguido el juego a Luis. Thalia aunque está destrozada, abraza a Amanda muy fuerte.


-Gracias, amiga.-le susurra Thalia a su mejor amiga. 






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